Una vibración puede definir las características necesarias y suficientes
que caracterizan un fenómeno como onda. El término suele ser entendido
intuitivamente como el transporte de perturbaciones en el espacio, donde no se
considera el espacio como un todo sino como un medio en el que pueden
producirse y propagarse dichas perturbaciones a través de él. En una onda, la
energía de una vibración se va alejando de la fuente en forma de una
perturbación que se propaga en el medio circundante (Hall, 1980: 8). Sin
embargo, esta noción es problemática en casos como una onda estacionaria (por
ejemplo, una onda en una cuerda bajo ciertas condiciones) donde la
transferencia de energía se propaga en ambas direcciones por igual, o para
ondas electromagnéticas/luminosas en el vacío, donde el concepto de medio no
puede ser aplicado.
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